El viejo mueble que remite a sonidos de los ´60 es en
esta agrupación parte fundamental de su identidad musical. Y es que Fernando
Rusconi es un cultor del órgano Hammond en nuestro país, lo demuestra con este
quinto disco pleno de jazz, funk, blues y agogo. Con varios temas propios y
versiones personales de compositores como Jimi Hendrix o Bill Whthers, entre
otros, el trío desafía a quien escuche este disco a que no mueva alguna parte
de su anatomía intentando seguir el ritmo de un tema. Todos los temas tienen el
sello inconfundible del órgano Hammond y el Clavinet, algo así como un
clavicordio amplificado electrónicamente. Ambos instrumentos fueron utilizados
dentro del jazz y el rock de los 60 y 70, aunque también intervinieron el
gospel, soul, funk, ska y música ligera. A pesar de la identificación del
Hammond y el Clavinet con una época, la música de Rusconi suena muy actual y
fresca. La formación se completa con Pablo Vernieri en guitarra eléctrica y
Ezequiel “Chino” Piazza en batería. Como invitados intervienen David Cantoni en
saxo y Jorge Docarmo en guitarra rítmica. Grabado en Drawbarecords, Mezcla y
Masterización: César Silva (El Hornero).
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