Tercer disco de esta interesante
compositora, cantante, pianista y arregladora platense. Canciones originales
que confirman un camino de búsqueda del propio lenguaje con cuidados arreglos
tanto en lo vocal como la instrumentación. Escapando a la etiqueta de géneros,
Silvia Aramayo incorpora diversos colores de la música argentina y permite la
influencia de diversas culturas del mundo, con algún condimento pop. La
totalidad de los temas son de propia autoría a excepción de una muy hermosa
versión de Cielo de ti de Luis A. Spinetta. Los puentes que Silvia Aramayo
tiende y cruza tienen que ver con sentires que a todos nos atraviesan cantados
desde su lugar, tal como lo afirma en uno de sus temas: “hay un lugar y un
espacio al que pertenecer” (Un lugar). En el mismo tema dice: “Nada ni nadie
debiera quitarte la libertad”, y precisamente las canciones de este disco surcan
la libertad poética y musical que defiende la compositora. Excelentes músicos acompañan
a Silvia aportando una gran paleta de colores musicales. El trío que habitualmente
la acompaña: Manuel “Coqui” Rodríguez (guitarra), Esteban Freytes (bajo) y Juan
Cava (batería). Se suman como invitados: Álvaro Torres (piano, sintetizadores,
arreglos de cuerdas), Facundo Guevara (percusión), Matías Nuñez (bajo, voces),
Christian Faiad (batería), Sophie Lusse (violín, viola), Karmen Rencar (violoncello),
Víctor Carrión (saxo), Inés Maddio (voz), Ramiro Cubilla (voz), Tochi
Opieczonek (tambores de candombe), Tomás Echeverría (percusión) y Francisco
Fattorusso (bajo). Silvia Aramayo nos tiende en este disco varios puentes musicales
que invitan a ser recorridos. (alesimonazzi)
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